Abr 06 2009
Control de la diabetes: la glicohemoglobina
En los últimos años se ha incorporado al control de los pacientes diabéticos un nuevo examen fundamentado en la determinación de la hemoglobina glicosilada, glicohemoglobina o HbA1c.
Los niveles de glicohemoglobina reflejan el promedio de la glicemia de un período considerable de tiempo, en oposición a la determinación de la glucosa, que únicamente revela lo que está sucediendo en el momento de tomar la muestra de sangre.
Cuando se determina la glicohemoglobina en el control del diabético, se está evaluando el comportamiento de su glicemia durante un período previo mínimo de cuatro semanas (hasta 3 meses), lo cual da una imagen global del manejo del paciente que no se ve afectada por fluctuaciones de la glicemia de corto término.
Al estar el paciente óptimamente regulado, los niveles de glicohemoglobina comienzan a descender a límites normales en un período de tres a cinco semanas.
También se ha señalado la importancia de la medición de la glicohemoglobina para determinar el pronóstico, en cuanto a la aparición de las complicaciones propias de la enfermedad, que suelen presentarse a pesar del control que pueda lograrse en la glicemia.
El método más ampliamente usado para su determinación (empleando resinas de intercambio catiónico), da un valor nomal de 3.9 a 5.7 %
Se considera aceptable en diabéticos controlados un valor inferior a 6.6 % y un control deficiente si es mayor de 7.5 %.
Frecuentemente veremos a pacientes diabéticos con sus analíticas de control y deberemos saber interpretar éste parámetro.